Betania

Fraternidad de Betania

 

Siguiendo la espiritualidad del Hermano Carlos de Foucauld, nos consagramos al Señor Jesús, en medio del mundo, a través de la Iglesia.

Después de mucha oración, escuchar el Espíritu, elaborar y preparar un mínimo de "normas", nos reunimos para el primer retiro, el día 23 de marzo de 1969.

Las Fraternidades de Betania nacieron impulsadas por el Espíritu, para que toda persona de cualquier clase o condición que responda a la llamada de Jesús -"el que quiera, que me siga"-, puede formar parte de nuestra Fraternidad. Así, enfermas, viudas, mayores, etc... tienen lugar entre nosotras.

Obreras y contemplativas, sin otro distintivo de "servir en espíritu y en verdad", vivimos en medio del mundo para darnos a todos, queriendo expresar así nuestra voluntad de amor universal, sencillamente, trabajando como cualquier obrero y contemplando el rostro de Jesús en cada ser humano.

No tenemos ningún apostolado específico y estamos prontas en nuestro tiempo libre a atender las necesidades humanas y espirituales de nuestros hermanos, principalmente las de los más necesitados y abandonados. La oración, la adoración silenciosa y el desierto, son la base de nuestro testimonio.

El nombre de BETANIA quiere ser eco de la familia "fraternidad" entre los hermanos María, Marta y Lázaro, donde Jesús iba a descansar, encontraba amistad, comprensión, hospitalidad, acogida, silencio.

Todas las Fraternidades gozan de la presencia de la Eucaristía debidamente autorizada por la Jerarquía quien sigue todos nuestros pasos y con quien deseamos caminar en la certeza del vínculo eclesial que nos asiste.

Según nuestras aspiraciones y situaciones podemos vivir la Fraternidad de formas diferentes:
 -

Vivirla en comunidad, en una misma casa.

 - 

Vivirla en la Misión.

 - 

Optar por la vida eremítica.

 - 

Algunas cuidan de algún familiar, anciano o desvalido, ellas también constituyen nuestra fraternidad.

Actualmente estamos en Barcelona, en la misión de Yaounde en África y tenemos una ermita en Teruel.