Somos una comunidad de laicos , nacida después del Vaticano II. Allá por el año 1962, cuando nuestro hermano Pedro Vilaplana se planteaba su respuesta a la llamada de Dios, cayó en sus manos, el libro de Jean François Six: "ITINERARIO ESPIRITUAL DE CHARLES DE FOUCAULD". La espiritualidad del Hno. Carlos hizo mella en su corazón y le reafirmó claramente en la idea de comenzar una comunidad, al estilo de las primeras comunidades cristianas, con un espíritu de familia, donde sus miembros vivieran por la amistad y el amor una auténtica fraternidad; donde la oración tuviera un lugar primordial, y sin tener un apostolado especifico hacer presente a Jesús de Nazaret en todos los ambientes. El 28 de setiembre de 1968, nacía la Comunidad de Jesús como Iglesia, en la ermita de la Santa Cruz, de Montserrat (Barcelona), cuando el ermitaño benedictino, el P. Estanislau Mª Llopart, recibía el compromiso de Pobreza, Amor y Unidad, de Pedro Vilaplana, y éste el de los otros hermanos. El crecimiento de la comunidad y su experiencia de vida han hecho nacer expresiones externas, que son signos vivos de oración, de revisión de vida y de concreción de la propia vocación. Así se han formado las denominadas COLLAS, LLARS Y FRATERNIDADES.
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Algunos de nosotros, comprometidos con el espíritu de la comunidad, tras un proceso de maduración personal, hemos concretado nuestra vida y vocación; unos hacia una vida en el celibato, viviendo en común con otros hermanos .Otros, este seguimiento lo queremos vivir desde una vida de matrimonio. Ambas opciones establecen las dos vertientes de la fraternidad. Las fraternidades, son un signo donde se quiere hacer presente el misterio de Nazaret, en ellas , |
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tanto en la fraternidad célibe (de vida en común), como en cada matrimonio, se intenta vivir un espíritu de familia, abierto a la disponibilidad y a la hospitalidad en la acogida y el respeto por todo ser humano. Una vida de trabajo y oración encarnada plenamente en el ambiente que nos ha tocado vivir. Una vida donde la presencia de Jesús de Nazaret da sentido a todo.
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Esta vida de comunidad, que nos ayuda a encontrar la presencia misteriosa y profundamente humana de Dios, manifestada en Jesús de Nazaret, nos empuja a dar una respuesta personal ante nuestro entorno y ante la sociedad en general y nos proporciona una plena inserción en ella con un equilibrio humano-espiritual. "Somos una comunidad activa-contemplativa. No son dos palabras que se puedan separar, sino que forman una unidad; una es exigencia de la otra. |
Somos contemplativos porque descubrimos la necesidad de la relación profunda con Cristo, para poder llamarnos cristianos, esta relación.... va transformando paulatina e inconscientemente toda nuestra vida en una plegaria. Esto, que es lo que más íntima y fuertemente nos une, nos obliga a una acción diversificada según nuestros carismas personales." ( Pedro Vilaplana).
Para conseguir esto creemos primordial :
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Una actitud abierta a la oración, a la revisión de vida y a la reflexión en común. |
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Realizar experiencias de soledad y silencio (desierto). |
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Un proceso de formación integral. |
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Una labor de concienciación respecto de las necesidades del entorno y de la sociedad, ayudándonos así a que cada uno de nosotros encuentre la forma de sentirse cercano a las diversas realidades humanas y podamos hacer una proyección, de acuerdo con nuestra fe cristiana y nuestras aptitudes personales. |
En la Comunidad de Jesús no tenemos una tarea específica común, pero la comunidad integra y da soporte a las distintas inquietudes que los miembros queramos asumir, tanto individualmente como en grupo, por lo que la incidencia de la comunidad en la sociedad dependerá de las acciones concretas en las que nos hemos comprometido personalmente o en grupo.
Así todos juntos, casados, célibes y comprometidos, intentamos ser testimonio y presencia viva del amor de Jesús entre los que nos rodean.
Actualmente, los miembros de la comunidad nos encontramos en diversas diócesis:
Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona , Jaca y Valencia.