Uruguay: Foro Nacional de Asociaciones y Movimientos laicales

Gloria Aguerreberry, FCF de Uruguay

Noticia publicada en el Boletín de enlace nº 14 de la Fraternidad Carlos de Foucauld

Bajo el lema “Que todos sean uno para que el mundo crease llevó a cabo en Montevideo el Primer Foro de Asociaciones y Movimientos Laicales del Uruguay, el sábado 15 de mayo de 2004, congregando a más de quinientas personas. Fue una fiesta del espíritu de la que participamos con mucha alegría. Como laicas de la Familia Carlos de Foucauld estuvimos presentes en un stand de la Feria que se organizó para que cada asociación y/o movimiento se diera a conocer, aportando sus materiales, sus fotos, su carisma.

El objetivo de este evento fue el conocernos y encontrarnos como hermanos, para reconocer la riqueza de los dones que el Señor suscita en los hombres y mujeres de su pueblo.

Este acontecimiento eclesial no se limitó al día del Foro, sino que fue preparado –con la participación de las diversas Asociaciones y Movimientos– a través de tres fichas de trabajo. Se buscó motivar y dar pistas de reflexión para vivir este tiempo y este acontecimiento como un encuentro de hermanos en la misma fe, como una fiesta que nos recuerde nuestra identidad y nuestra vocación, para desde allí animarnos a seguir andando.

Primera ficha: definir lo que es un Foro

El foro lo quisimos vivir como:

Un espacio para “disoñar” juntos

"Disoñar" es un término precioso, quiere decir atreverse a diseñar a partir de los sueños. Si nos atrevemos a revelar nuestros sueños más locos de varones y mujeres de fe, esos que nacen de Dios mismo, seguro que encontraremos las fuerzas para diseñar juntos algo nuevo que sea buena noticia para el mundo de hoy (ver G.S. Nº 19, Las causas del ateísmo).

Un alto en el camino para contemplar, para gozar, para dar gracias a Dios

Por todo lo que sin cesar suscita de vida nueva, en medio de nuestro pueblo y de nuestras comunidades.

Un regalo de espacio y de tiempo para la utopía y el kairós donde:

• dar y recibir

• escuchar y ser escuchados

• contar, cantar y celebrar juntos nuestra fe

• alimentar la esperanza

• crecer en la unidad que nace de la diversidad: “Que todos sean uno”.

Quisimos que este Foro fuera nuestro TABOR, lugar de la transfiguración (ver Mt 17, 1-9 o Mc 9, 2-10 o Lc 9, 28-36) donde como Pedro, Santiago y Juan veremos anticipadamente la gloria del Señor y hasta tendremos la tentación de querer construir carpas para quedarnos. Ahí nuevamente Jesús nos dirá, como a ellos, que tenemos que bajar, volver a casa, al trabajo, al barrio, a la comunidad, a las parroquias, porque aún queda mucho por andar.

Segunda ficha: recuperar el valor humano y sacramental de la fiesta

Celebrar es sumergirse en el genuino misterio de la vida y beber de su fuente inagotable para recrearnos y renovar las fuerzas que permitan seguir andando y construyendo, desde la historia, ese Reino y esa Vida Eterna que es promesa de plenitud. El Reino definitivo, la Pascua de toda la creación, será don de Dios que no excluye, sino que consuma y supera, lo que con sudor hemos amasado juntos.

Tercera ficha: profundizar el lema elegido

El lema: “Que todos sean uno para que el mundo crea”, del capítulo 17 del Evangelio de Juan, es la despedida de Jesús o la también llamada “Oración sacerdotal”. Quisimos hacernos eco del sueño íntimo, hondo, del testamento de Jesús la víspera de su entrega: la unidad como testimonio para que el mundo crea.

En esta clave, preparamos este Foro con el desafío y la responsabilidad de construir unidad en la Iglesia, rica en diversidad y carismas que será kairós –tiempo de salvación de Dios– para el mundo.

El desarrollo del Foro

Durante la mañana, la Mesa Central estuvo integrada por cuatro panelistas laicos que desarrollaron el tema: Miradas a nuestro ser laical. Monseñor Orlando Romero, obispo de Canelones y presidente (saliente) del Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU), cerró esta primera parte con una vibrante y entusiasta reflexión sobre el Bautismo, origen de nuestro ser laical.

A continuación almorzamos con ricas empanadas y alfajores, gracias a la generosidad y al trabajo de los jóvenes del movimiento MAS (adolescentes salesianos), mientras recorríamos las instalaciones de la Feria donde con todo cariño, esmero y creatividad pudimos conocer cuánta riqueza hay en nuestra Iglesia, cuántos dones y carismas inspirados por el Espíritu Santo. Nosotras junto con la Fraternidad Secular, presentamos un stand con el nombre: “Laicos de la Familia Carlos de Foucauld”. Allí representamos a la familia como un árbol que hunde sus raíces en el mundo (un planisferio), cuyo tronco es el hermano Carlos y las ramas son los medios que nos ofrece la espiritualidad foucauldiana para el seguimiento de Jesús de Nazaret. Los frutos del frondoso follaje representan las numerosas familias que ha suscitado el Espíritu a través de los tiempos y que hoy crecen y se multiplican en todos los continentes.

Durante la tarde se hicieron los Talleres y simultáneamente la muestra de videos y presentación de libros, folletos y materiales de todos los movimientos y asociaciones. A nosotros nos correspondió participar del Taller: “Radicalidad del mensaje evangélico”, el tema en nombre de la familia lo presentó Raquel Pérez de Martí, miembro de la Fraternidad Secular.

Nos tocó compartirlo con el Movimiento de los Focolares y con SALES (Sociedad Apostólica Laical del Espíritu Santo). Fue una bonita experiencia que vivimos con mucho entusiasmo y alegría. Culminamos el día con la Eucaristía concelebrada, presidida por monseñor Romero y acompañada por monseñor Rodolfo Wirz, obispo de Maldonado y Punta del Este y varios sacerdotes que nos acompañaron en esta jornada.

Fue una celebración cargada de contenido, emoción, gestos y agradecimiento a Dios y a todos los que desde el mes de noviembre de 2003 venían preparando este encuentro. Digamos con alegría como lo cantamos en el himno del Foro:

“Que todos sean uno para que mundo crea en un Dios vivo y hermano, en un Reino posible y humano”.