"Para que la Iglesia, mediante su presencia y su amor, testimonie en África del Norte el amor de Dios hacia todas las personas y todos los pueblos."
Este anuncio, labor principal de su actividad de evangelización, sólo es posible con una presencia fecunda, silenciosa, de oración, de contemplación, de sufrimiento. Es el modelo de evangelización inaugurado por el beato Charles de Foucauld, quien pasó años en Tamanrasset, en la soledad del desierto, hecha fecunda por la contemplación del Dios presente en el misterio eucarístico. Es esa vía de evangelización que se funda en la espera de los tiempos que Dios ha reservado por cada pueblo, pero que se realiza por medio de una acción de amor, de respeto, de hospitalidad, de donación, de atención a los más pobres y a los que sufren. Hasta llegar a la entrega de la propia vida. Es el misterio del Dios amor que están llamadas a encarnar las Iglesias de allí y a hacer operante frente a una imagen de Dios, que exalta predominantemente su justicia. |