Ecos del encuentro de Altzo

Del 3 al 13 de agosto, un grupo de 9 hermanos de Europa en torno a los 50 años, nos hemos encontrado en Altzo (Guipúzcoa). La idea de encontrarnos partió, hace ya 3 años, de la necesidad para algunos Hermanos de Jesús de poder compartir entre hermanos europeos de la misma generación. Un primer encuentro tuvo lugar en 2004 en Olera (norte de Italia) y comprobado su beneficio, decidimos repetir la experiencia cada dos años.

Estos encuentros no tienen grandes objetivos a alcanzar, así pues no necesitan grandes preparaciones para las que no tendríamos ni el tiempo ni las fuerzas... Quieren ser sencillamente “un lugar” que nos permita pasar un tiempo gratuito juntos, intentando encontrar espacios para que cada uno pueda expresar libremente lo que está viviendo en su ambiente propio y en la Fraternidad, con sus alegrías, dificultades y desafíos. El fin no es de llegar a llenar los días con un programa rígido, sino como lo repitió un hermano en varias ocasiones, el vivir juntos unos días de vacaciones y aprovechar para tejer lazos de amistad.

 En 2004, en Olera, tomamos conciencia –visto el gran desnivel de generaciones en las regiones de Europa- de la importancia del compartir entre nosotros, porque muchas cuestiones nos son comunes (sin querer excluir a nadie). En las regiones, las necesidades de los hermanos se diversifican cada vez más y no es siempre evidente que las pequeñas realidades regionales puedan responder a las expectativas de todos. A veces la respuesta puede encontrarse en estos encuentros “transversales” entre hermanos de diferentes regiones de una misma zona cultural, sin poner en cuestión para nada la vida misma de las regiones.

 A estos encuentros son también invitados, en la medida de sus posibilidades, los hermanos europeos que viven fuera del viejo continente. Hermanos que viven en Marruecos y la India estuvieron con nosotros en 2004, y un hermano de Argelia este año.

 En el encuentro de Olera nos dimos cuenta que no habíamos pensado en invitar a los Hermanos del Evangelio, pues esa transversalidad deseada pasaba también por su participación.  Esta vez pudo venir un hermano de Roquetas y otros excusaron su presencia por cuestiones laborales.

 Después de un buen momento en el que cada uno pudo hablar de si mismo, tocamos también “la misión de la Fraternidad” en nuestro contexto europeo. Estuvimos muy impresionados de constatar que en lo concreto de lo cotidiano –más allá de la diversidad en la expresión, la cultura o la historia personal- nos hemos encontrado alrededor de la misma realidad: “Es por eso por lo que osamos decir todavía: poniendo nuestros pasos tras los pasos de Jesús de Nazaret, que el lugar de nuestra experiencia de amor es el mundo tal cual es; es ahí donde hacemos la experiencia de Dios, es ahí donde se construye el Reino, es ahí donde se juega nuestra vida contemplativa. Jesús ofrece el Reino a los pobres, la liberación a los oprimidos (Lc4,16-19). Jesús nos pide de estar con ellos para entrar en él. Ahí está la originalidad y la riqueza de nuestra vocación, que vivimos en la Iglesia (Capítulo de Taanayel, 1996)

 Los encuentros alternaron, claro está, con salidas que nos permitieron conocer algo de la geografía, cultura y gastronomía de este hermoso rincón del País Vasco.

 La próxima cita está prevista en Italia para julio del 2008.