Apelaçao (Portugal)

Prior Velho, el barrio de chabolas al pie de Lisboa que acogía nuestra presencia desde hace más de 20 años va a desaparecer a causa de la especulación inmobiliaria. Como consecuencia, los vecinos están siendo realojados en diferentes barrios del cinturón de Lisboa, y nosotras, como unos vecinos más, hemos recibido ya nuestra nueva casa de alquiler, en Apelação. En nuestro nuevo barrio encontramos muchos amigos del antiguo, ambas realidades tienen una mayoría de población de origen africano, pero ahora tenemos también vecinos de etnia gitana, brasileños y algunos  originarios del país. Es una realidad muy mestiza, lo que constituye su riqueza y también, a veces, su dificultad. Nosotras también somos multiculturales: tres hermanitas, tres países de origen, Portugal, Francia y España, distintas edades y recorridos... todo un reto y un sueño, contagiar con nuestro propio caminar sencillo y a veces torpe, que es posible vivir unidos los distintos.

Sentimos con fuerza la llamada a la convivencia, a acoger y también a ser acogidas, puerta abierta para todos los vecinos. Hermanita Magdeleine nos pedía que fuéramos a las minorías donde nadie iría para ser allí una chispa de amor, una sonrisa. Nuestro barrio tiene todas las etiquetas que los “entendidos” ponen a un barrio de exclusión.

Pero desde nuestro ser vecinas descubrimos en lo cotidiano que, junto a tanto dolor, injusticia, violencia, crecen los brotes de un Reino muchas veces invisible, pero siempre activo. Los destellos de solidaridad, de humanidad, existen y están esperando que se les aliente.

También la fe de nuestros vecinos, de raíces profundas, se expresa en los distintos momentos de la vida: un cumpleaños, un duelo o el nacimiento de un bebé... pero para descubrir todo esto es preciso aprender a mirar, permanecer a su lado, hacernos, poco a poco, unas vecinas más.

Con la mirada puesta en Jesús, Maestro y Señor de lo imposible, comenzamos el camino, confiando en que, si nos dejamos conducir por Él y acoger por nuestro barrio, estaremos contribuyendo a que la levadura de Reino vaya fermentando poco a poco en las entrañas del mundo. 

Maria do Carmo, Carmela y Mónica