Murcia

Hace un año os anunciábamos la próxima apertura de una nueva fraternidad, de la que sabíamos, más o menos, lo que buscábamos, pero no teníamos aún determinado el lugar.

Entretanto, y gracias al discernimiento hecho entre nosotras tres, con la Región, y con las hermanitas del Consejo General en visita por aquí en diciembre, pudimos decidir que nos dirigíamos a Murcia, donde esperábamos encontrar el contacto con inmigrantes y los trabajos temporeros en las cercanías, como lo deseábamos.

Aquí estamos, desde Enero, Begoña, Juana y Josefa, acercándonos al pueblo murciano y a los inmigrantes a través de las relaciones de vecindad que poco a poco se van construyendo, del trabajo y también de algunas asociaciones con las que hemos empezado a colaborar. Con la falta de trabajo que es aquí muy grave, inmigración y situación de calle pueden ir a veces de par. Felizmente, no es lo más corriente, y son buena prueba de ello las compañeras y compañeros magrebíes, ecuatorianas y bolivianas de Juana en el trabajo en las naves de melones este verano.

Estamos en el centro de la ciudad, y como Murcia es pequeño, pronto empezamos a encontrar en la calle, sin techo, a algunas de las personas conocidas en las asociaciones, y viceversa.

No buscábamos a ese mundo de la exclusión, pero sentimos que nos ha sido dado por Dios y lo aceptamos como un regalo, que unifica nuestra vida en Murcia y nos permite situarnos como hermanas de todos... desde abajo...

Cuando queráis daros una vuelta por Murcia, aquí tenéis vuestra casa, nos daréis mucha alegría