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25 años de presencia en Valverde del Fresno (Cáceres)
El día 13 de diciembre se cumplieron 25 años que la Fraternidad está en Valverde. Lo celebramos esta noche. Una cena con la familia que nos acogió para la buscar casa y que habíamos conocido trabajando en los espárragos cuando todavía vivíamos en Guadalupe, el tío José y la tía Julia.
El día siguiente celebramos con el pueblo una Eucaristía de acción de gracias. Fue un tiempo entrañable, su presencia y los gestos de amistad nos hicieron sentir lo que ya sabíamos, “que nos quieren”. El coro dio un tono festivo a la misa así que la ambientación. Había en el altar un mural y así se presentó con la ayuda de un grupo de niños.
Escuchemos a Sonia:
“Aquí tenemos un mural que dice:
El mundo que Dios ama….¡ hagámoslo más humano!
Este círculo significa el mundo y, en medio vemos una gran flor. ¿Qué significa la flor? Lo esencial. Que el Espíritu Creador está presente…nos acompaña, pero necesita y pide nuestra participación. ¿Para qué? Pues para ir cambiando tantas y tantas situaciones que no son según el Querer de Dios.
Vamos a ir nombrando algunas de estas situaciones:
El comercio de armas, que se hace con los países más pobres y necesitados.
El terrorismo y las guerras que se extienden cada vez más.
El hambre y las enfermedades que mata a tantos niños de muy corta edad., sobre todo en África.
La violencia y discriminación contra las mujeres.
La emigración que tanto dolor y separación produce en las familias.
El tráfico y explotación de mujeres y niños.
La sociedad de consumo: unos pocos que vivimos tan bien, a costa de tantos millones que no tienen lo esencial.
Y así vamos destruyendo nuestro planeta, llenándolo de basura….
¡Pero no todo es negativo! Hay mucha gente, que está trabajando y comprometida que es solidaria, que acoge, ayuda, vive el perdón….Entre ellos estamos los seguidores de Jesús, apostando por la justicia, la paz, la solidaridad en tantos gestos de la vida cotidiana… Lo representan las pequeñas flores que van a ir inundando el panel…”.
Una bonita cesta con el pan del pueblo y el buen vino de Pitarra, ofrecieron esta primera familia amiga. Y se escuchó mientras lo ofrecían:
“Y este, nuestro mundo es el que presentamos ahora a Nuestro Dios, junto al pan y vino, fruto de nuestro trabajo, que El fortalezca nuestro empeño y decisión de hacer nuestro mundo más humano, donde vivamos como hijos-hijas suyas y nos reconozcamos como hermanos.”
Unas palabras de Damián nuestro párroco animándonos a seguir nuestro Carisma de la Fraternidad.
Y terminamos bendiciendo a Dios por estos años recordando a todas las hermanitas que han vivido aquí.
Agradecidas y bendecidas nos fuimos a casa con la sorpresa de ser a más a más endulzadas y sorprendidas con pasteles y cava.
