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Publicado en la Opinión de Málaga

Pablo d´Ors: "El éxito no es un lugar donde se esconda Dios"

El nieto de Eugenio d´Ors escribe –ha sido finalista del premio Herralde– además de ser sacerdote, pero de los poco convencionales. Defiende el silencio y la contemplación, como Charles de Foucauld, protagonista de su último libro, El olvido de sí (Pre-textos).

«Solo quien ha tenido mucho sabe lo que significa perderlo», se lee en El olvido de sí. ¿Eso se puede decir de la España actual y su retroceso económico?
De la España actual y de su crisis sé lo mismo que la mayoría: veo sufrir a muchos, y eso me duele. Si yo tengo hambre, tengo un problema material. Pero si tú tienes hambre, yo tengo un problema espiritual. Todo sería distinto si sintiéramos los problemas ajenos como propios.

«Solo el fracaso social conduce a Jesús». ¿Que diría algún movimiento católico neoconservador de una sentencia así?
Que humanamente hablando Jesús de Nazaret fue un fracasado es algo que nadie puede poner en tela de juicio. No sé qué dirían otros, pero presumo que lo suscribirían. Otra cosa es que el fracaso a los ojos del mundo pueda ser éxito a los de Dios. Pero el éxito no es uno de los lugares donde se esconde el Dios de Jesucristo.

Dios está abajo, pero nos olvidamos, dice. ¿Ahora menos con el papa Francisco o usted no confía en jerarquías?
Yo confío en las jerarquías, pues jerarquía no significa otra cosa que orden. Problema distinto es si la jerarquía ejerce su ministerio en clave de servicio, como debe ser, o de poder. Pero Dios está abajo, con los últimos.

Foucauld entra en la religión sometiéndose a la orden de arrodillarse. ¿Eso es la fe: dejar de lado el juicio crítico y obedecer?
Chesterton, gran católico, decía que cuando entraba en una iglesia se quitaba el sombrero, no la cabeza. Lo suscribo. Pero hay muchos, tanto dentro como fuera de la Iglesia, que identifican el sombrero con la cabeza, así como otros muchísimos que ni siquiera se quitan el sombrero.

¿El silencio y la contemplación no son posturas conservadoras en tanto que implican la quietud ante lo que sucede?
El silencio y la contemplación, bien entendidos y vividos, jamás son posturas conservadoras, sino la única cepa posible para que una acción sea auténticamente transformadora y no puro activismo o frenesí.

Es un sacerdote singular. ¿Qué le hace seguir en la Iglesia Católica después de haber sido relegado por sus posturas?
Todos estamos llamados a ser singulares, es decir, nosotros mismos. Por otra parte, yo no he sido relegado, lo que no significa que mi pertenencia eclesial no haya sido puntualmente conflictiva. No soy un simple librepensador, sino un cristiano, y la Iglesia me ha dado lo mejor que tengo, la fe.

¿Qué diría don Eugenio (d’Ors) de su trayectoria literaria y vital? ¿Lo ha pensado?
No lo sé, supongo que no estaría descontento. Intento vivir según una de sus consignas: «Hay que volar por todos los mares, pero procrear en un nido», así como ser fiel a eso que dijo sobre la importancia de renovar el entusiasmo cada día.