LA ÚLTIMA .

He tenido un sueño mientras dormía:

Vi la ciudad en ruinas,

triste y desolada,

porque el hombre,

deslumbrado por el oro y la codicia,

despreciaba el tesoro escondido de la vida

Vi a los ancianos, en medio de la noche,

con la mirada entristecida,

porque la ilusión había muerto,

y ya no tenía sabor la vida,

convertida por los grandes en desierto.

Vi a los jóvenes rasgando sus guitarras,

esperando un nuevo amanecer,

entre cantos de paz y armonía,

en medio de gestos de violencia

y confusión, que mi alma no entendía.

¡¡¡Seguí soñando…

Alcé la mirada y vi unos ángeles,

que flotando entre nubes

de Amor y de Misterio,

escribían en el cielo,

con rasgos de incienso,

un mensaje de Paz, de Bondad,

de Ilusión y de Esperanza.

Y las naciones y los pueblos,

a los jóvenes y a los viejos;

de toda raza lengua y nación,

reunidos en estrechos lazos

de solidaridad y comunión.

Y sentí a Dios hecho Carne,

nacido en el corazón de cada hombre,

que cubría la tierra de consuelo,

como manto de esperanza,

nacido del Amor y la Ternura,

y hacia de ella un nuevo Cielo,

donde gozaban todas las criaturas.

Francisco Clemente