Mensaje final de los delegados europeos de la Fraternidad Secular Carlos de Foucauld

Sint-Andriesabdij, Zevenkerken, Brujas, Bélgica.

31 de julio – 4 de agosto 2007

Nos hemos reunido en el monasterio benedictino de San Andrés, del cual muchos monjes han partido para ser misioneros en el mundo entero, y que mantiene contactos con los cinco continentes. Nuestra presencia tan cercana al corazón de la Unión Europea ha contribuido a la dimensión internacional de esta asamblea.

Durante los cuatro días que hemos pasado juntos, hemos tenido en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones, particularmente a las fraternidades del mundo entero.

En el espíritu de la fraternidad universal, hemos discutido extensamente acerca de nuestras responsabilidades con nuestros hermanos y hermanas de Europa y del resto del mundo, tanto si se trata de miembros de nuestras fraternidades como de personas que nos rodean en la sociedad, donde nosotros tratamos de ser “levadura en la masa”.

Hemos reflexionado acerca de los informes hechos por cada delegación y nos alegramos de compartir con vosotros el compromiso común de trabajar activamente para crecer en el espíritu fraternal a la manera de Carlos de Foucauld. Esto exige de nosotros estar presentes con cada uno, escuchar atentamente las alegrías y las penas de los otros y buscar ser testimonios vivos del Evangelio en nuestro propio medio.

La revisión de vida nos ayuda a dejar crecer en nosotros mismos un espacio para acoger al otro en su diferencia y, a través de nuestro propio silencia activo, buscar el “gritar el Evangelio con nuestras vidas”.

Somos responsables unos de otros. El servicio debería llevar a cada uno a descubrir y desarrollar sus talentos personales por interés de la fraternidad entera. Estamos agradecidos a los que aceptan coger responsabilidades en fraternidad y somos conscientes de que necesitan nuestro apoyo.

Nos sentimos animados por el mensaje que la Fraternidad del este de la República Democrática del Congo nos ha dirigido. Les agradecemos su atención y, también a la Asamblea Internacional 2006 de la Fraternidad de Arusha en Tanzania, nos sentimos además en comunión con las fraternidades del mundo entero. Estamos animados a comprometernos personalmente y colectivamente en mantener el contacto con ellos y a buscar los medios para ayudarlos en su lucha por la justicia y unas condiciones de vida dignas.

El espíritu de fraternidad universal nos llama a sobrepasar nuestros intereses inmediatos y a tomar partido por el desamparo de los que son víctimas de la injusticia y de la opresión. Nuestra situación de Europeos nos coloca ante una responsabilidad acrecentada al estar sobre nuestro continente, la voz de estos hermanos y hermanas.

Somos conscientes de la necesidad de trasmitir el Evangelio a las nuevas generaciones, ofreciéndoles nuestra experiencia y los valores que nos ayudan en nuestro itinerario espiritual. Nuestro testimonio, si es alegre, puede ayudarles a encontrar su propio camino para seguir a Jesus; de la misma manera que el testimonio de otros nos ha trasformado y les estamos agradecidos. Acogeremos su entusiasmo, su autenticidad y su sentido de la aventura. Estas son las características que empujaron a Carlos de Foucauld en su búsqueda espiritual.

Estamos felices de acoger a Monique como responsable europea  para los próximos cuatro años y agradecemos vivamente a Rita por el servicio que nos ha prestado.

Agradecemos también a las fraternidades de Bélgica del Norte su hospitalidad y el habernos procurado un lugar propicio a la reflexión y a la oración.