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ASAMBLEA NACIONAL. FRATERNIDAD SECULAR 2008

Extracto de la exposición de José Mary de la Piedad, Hno. de Jesús

¿QUÉ APORTA, HOY, EN NUESTRA SOCIEDAD, EL CARISMA DE CARLOS DE FOUCAULD?

Me gustaría compartir con vosotros tres intuiciones que he ido descubriendo en Carlos de Foucauld, por medio de los Hermanos de Jesús (referencia a “En el corazón de las masas”) 

¿Qué podemos aportar hoy como Fraternidad?

1.                Una manera de SITUARSE, de ESTAR.

2.                Una mirada liberadora y humanizadota sobre nosotros mismos y sobre nuestros hermanos/as .

3.                Una relación con Jesús, honda y profunda, personal y comunitaria, que engloba las otras dos.

No digo que esto sea todo, quizá para alguno hay algún aspecto que le parece esencial y que no se refleja aquí, pero a mí me convence y CREO QUE DA RAZÓN DE LO QUE INTENTO VIVIR.

Al fin y al cabo, CARISMA es una GRACIA recibida, que comporta una MISIÓN, y como no hay mayor GRACIA que haber sido SEDUCIDOS POR EL ROSTRO NAZARENO DE JESÚS… me he detenido en dos historietas y un acontecimiento –verdaderamente milagroso- que Jesús nos cuenta y que nos transmite Lucas.

Son historias de tres personajes muy distintos entre ellos (quizá los dos últimos no tanto) y que nos hablan de SALVACIÓN… de ENCUENTRO GOZOSO, de VIDA NUEVA.

Tres aspectos que nos ayudarán a formular lo novedoso de nuestro CARISMA (situados, una mirada liberadora, una relación personal con Jesús) en otros términos:

-         JUNTO CON LOS POBRES

-         COMO POBRES

-         MIRADOS POR JESÚS.

 

                                ¿Cuáles son estas historias?

 

A.-  La primera es Lucas 16,19 ss.: Lázaro “echado a la puerta del rico…” el abandonado, al que nadie ve salvo los perros, al que no le tocan ni las migajas de las mesas de nuestro consumo, el que ni siquiera sabe que tiene un Salvador…  Jesús nos invita a “sentarnos” en el lugar teológico adecuado… lugar de fraternidad, por tanto, lugar de salvación. Y nos invita, en primer lugar, a VERLO, no a mirar con mirada de turista, sino a VERLO, que es fijar la vista con ATENCIÓN, CON CUIDADO, CON INTERÉS; y en segundo lugar, la invitación es a SENTARNOS A SU VERA… Precisamente, a este sentarse junto a los Lázaros de nuestra sociedad es a lo que somos invitados por Jesús, y sentarnos de una manera propia, nuestra.

“Amar a algunos hombres, algunos enfermos, LOS QUE JESUS QUIERA, AMARLOS CON AMISTAD, CON TERNURA, COMO PERSONAS” (C. de Foucauld)

“No buscar jamás el rendimiento y la eficiencia en el amor, cuando sea en detrimento de la posibilidad de tratar a cada uno con ternura, con un corazón familiar, como a un ser único en el mundo”

Me parece que esta AMISTAD – GRATUIDAD hace parte de nuestra vocación. Compartir lugares y modos de vida, buscar el “lugar social y teológico” de la salvación de Dios. Buscar espacios para acoger y ser acogidos, espacios de escucha, de vida para percibir el paso de Dios en nuestra historia, sacramentalizar nuestras vidas… ir hacia los que están más solos, más abandonados. En estos tiempos de individualismo participar, animar toda estructura de participación (de barrio, sindical, política, de ONGs que nos posibilite “ser protagonistas de nuestra propia liberación”. Puede que sea éste nuestro “testimonio contracultural” y una “calidad” que a menudo nos reconocen los amigos, los compañeros, los vecinos. Sí, es un “aire de familia” que he encontrado en todas las Fraternidades que he conocido. Siempre hay algún, algunos BIEN AMADOS.

“La caridad fraterna y universal… recibir a cualquier ser humano como a un hermano BIEN AMADO” (C. de Foucauld)

Para la reflexión comunitaria:

*  ¿Cómo vivo yo esta amistad-gratuita?

*  ¿En qué tendría estar más atento o cambiar en mi? 

 

B.- Un segundo personaje… es el publicano anónimo de Lucas (18,9 ss.). O sea, nosotros en nuestra verdad más íntima.

“Surgirá (nuestra oración de hermanitos) en medio del cansancio, del sufrimiento, de las dificultades de una vida de pobreza, a veces atropellada. Llamados a vivir un esfuerzo de oración y Fe que brotará, algunas veces, del sufrimiento de su propia vida, y más a menudo , tal vez, de la plena comunión con la miseria física y moral de los que le rodean…

No debe buscar, habitualmente, una oración aislada de la parte de angustia humana que lleva en él. Vuestra oración adoptará con mucha frecuencia la forma de un impulso doloroso, de una esperanza oscura, o de una sed insatisfecha orientada hacia Jesús salvador…

Unido nuestro destino, por amor, a unos hombres que caminan penosamente hacia la luz”.

¿Sabéis?, lo creo profundamente, sé que cuando lo leí percibí que me cogía las entrañas, pero me acongoja, antes y ahora. Asumirme y quererme, asumir y querer a otros, saber que es precisamente en esta zona de “sombra”, de herida, de pecado donde se juega no mi condena, sino mi salvación, es impresionante. Es lo más ANTINARCISITA DEL MUNDO. Es camino, este íntimo fondo, esta llaga no se alcanza, no se cura por el hacer, sino por el abandonarse, dejar obrar a Dios que actúa en nosotros a través de la vida y de la experiencia que la misma vida trae consigo. Trabaja en nosotros vaciados y despojados…

Como el publicano:

         …ya tenemos todos “espolones” de gallos viejos…

» cuántas veces jugamos a fariseos satisfechos, cuidadores de nuestra imagen, que torcemos el “morro” dando gracias de no ser como “esos”.

» Reconocer nuestras “sombras”, nuestras heridas, nuestro sufrimiento, intentar abrirlos poco a poco a los otros, abrirlos a Dios, es CAMINO DE HUMANIZACIÓN, DE LIBERACIÓN.

» Vivir este “camino” perdido, apasionadamente solidarios con el sufrimiento del OTRO.

Sí, lo creo; y creo que nos hace hondamente humanos, hondamente solidarios. Ninguna miseria humana nos es ajena. No, no somos superhombres, no somos mejores que nadie, solamente se nos pide ser hermanos…

“Nuestra oración no es de cartujo ni solitario, ni tan siquiera monástica… Llevar a la perfección del Amor la oración del publicano, la de la pecadora, la de todos los enfermos…

Entonces nuestra oración estará como metida en nuestra vida y no al lado de ella, y en ella encontrará su alimento, porque nosotros habremos aprendido a mirar todas las cosas en la fe, con los ojos mismos del Señor”.

Para la reflexión comunitaria :

* ¿Cómo vivo yo esta actitud básica?

* ¿Qué tendría que cuidar en mi para hacerla crecer?

 

C.- Nuestra tercera persona es Zaqueo (Lc 19, 1ss.). El bueno del publicano (que también fue salvado) no se atrevía a levantar los ojos en el templo. A Zaqueo quien le mira, levantando los ojos, es Jesús y este ser mirado le hace cambiar de vida y, también, ser salvado. Dejarse mirar por Jesús es el tercer rasgo que quería compartir con vosotros. Más allá de los líos de oraciones infusas y difusas, que siempre he tenido dificultades para entender, me resuenan las palabras de René Voillaume:

“Todo consiste, realmente, en verter toda oración en el corazón de Jesús. Y cuando no podáis más, contentaros con abrir vuestro vacío al Señor para que El llene con su propia oración…

Cada vez con más frecuencia, Jesús conducirá a sus hermanitos hasta el corazón de las masas más abandonadas y más despreciadas…”

A menudo dudan de nuestra vida de oración. Pocos son los que dirán que somos contemplativos, y la verdad es que no tenemos mucha pinta. Pero la intuición que el capítulo de la “oración de la pobre gente” nos presenta me ha hecho saltar muchas veces de gozo. A veces he pensado que nuestro hermano René tenía una visión muy negativa del hombre, una antropología pesimista. A veces he pensado que el ideal de Hermanito que presenta era alguien tan bien construido, con apoyos tan bien estructurados que me parecía imposible. A lo largo de estos años he ido aprendiendo (a menudo me lo han dicho) que de bien construido nada… Que de salvador bastante poco. Yo me imagino mal a René (y perdonadme los que de verdad le conocíais) exclamando con Jesús eso tan hermoso de “Yo te bendigo, Padre, porque has ocultado estas cosas a sabios y poderosos y se las has revelado a los pequeños e ignorantes… porque te ha dado “la gana”.

Ponernos en ese lugar es ponernos a tiro de Dios. Es algo que deberíamos vivir sin complejos:

“No tenemos por qué sobrellevar nuestra vida de cansancio y de trabajo como una condición inferior y desfavorable, sino que tenemos que abrazarla resueltamente como un medio privilegiado…

ESTOY SEGURO UE DIOS ACEPTARÁ ESTE ITINERARIO REDUCIDO PARA LAS POBRES GENTES. PERO CREO QUE PARA MERECER ESTE BENEPLÁCITO ES PRECISO SER HUMILDE Y VERDADERAMENTE PEQUEÑOS”

Nuestro medio privilegiado, el de nuestra gente, el de Jesús. Vidas cotidianas y ordinarias vividas con la pasión del Reino.

El Itinerario Espiritual, de J.F. Six,  acaba con un apartado indicando que “el desierto se convertirá en vergel” y dice:

“Tres semanas después de la muerte de fray Carlos, se hallará, a unos metros del lugar donde fue asesinado, su pobre custodia, con la ostia, casi enteramente recubierta de arena. Séanos permitido ver en el sencillo hecho de esta custodia sin valor que se arroja a un lado durante un saqueo, una imagen exacta de toda la vida y la muerte de fray Carlos de Jesús. Como la hostia en la que su fe veía el anuncio de salud de muchas almas -¡definición admirable de la eucaristía!-, como Jesús, a quien deseó apasionadamente imitar, fray Carlos quedó sepultado como el grano en la tierra”

Se ha dejado enterrar, como grano de trigo, para madurar y convertirse, como Jesucristo, en pan cotidiano de los hombres, sus hermanos.

Para la reflexión comunitaria :

*  ¿Cómo me dejo mirar por Jesús?

¿Qué tendría que cambiar en mi?